nos dejan sólos en la habitación

Como ya es costumbre nos desayunamos con calma, y vemos que el Proyecto Mujer se ha trasladado a la cueva de abajo y que su labor es aún más ingente que la nuestra. Qué decir de Silvia, que ha probado el sabor de la azada, o de los incansables compañeros del Proyecto Hierro, que insisten en arrancar energía al Pavia. Rui nos había hablado de unas casas abandonadas, y juntitos, en compañía de Adán, nos vamos a seguir con nuestra labor. El reproductor de mp3 que los tres llevamos colgado del cuello nos confiere un resplandor casi mágico. Después de hacer un poco de arte allí, nos vemos obligados a pegarnos un baño, que tenemos que interrumpir para ir a comer.
Tras la comida el Proyecto Hombre al completo celebra una reunión: hay que decidir que hacer en el concierto que tenemos en un par de días en el Teatro Municipal da Guarda. Finalmente decidimos que las muestras que hemos grabado no son los suficientemente naturales y pedimos a Manuela Barile, parte del equipo de producción, pero también cantanta.o.así, que imite los sonidos que hemos grabado para convertirse en alimento para lloopp.

Y con esa labor se nos va la tarde. Tenemos que obligarnos a comer, que el artista también necesita de alimento, así que volvemos a disfrutar de una excelente cena en Parada.
A la vuelta estamos agotados, pero aún sacamos fuerzas para dar apoyo moral al Proyecto Hierro, que intenta solucionar sus problemas electrónicos. Ahora a descansar, que mañana promete ser un día aún más duro en el que nos enfrentaremos, por primera vez desde que llegamos a Nodar, a las pantallas de nuestros ordenadores. Silvia ha decidido dormir en otra parte, esperamos no pasar miedos nocturnos.