Nos levantamos y descubrimos que Maksim Shentelev ha decidido dormir en un pequeño prado al lado de la residencia. Nos quedamos fascinados por la composición de colores que logra con el puf rosa que utiliza como almohada, que junto a la pera de mate le confiere un aura muy rural.
Desayuno portugués y nos acercamos a visitar a nuestros compañeros del Proyecto Hierro, que llevan trabajando en su noria en el Pavia desde muy temprano. Nos encargan unas katiuskas, se ve que no somos los únicos que envidiamos a Silvia, que está lindísima con las suyas.
Así que el Proyecto Hombre se encamina hacia Parada. Aunque no podemos cumplir la misión que se nos encomienda -los domingos la tienda sólo habre por la mañana- no podemos decir que haya sido un viaje infructuoso. Descubrimos varios cosos abandonados y seguimos con nuestra labor hasta la hora de comer. Hoy es Marta quien cocina y tras nuestra ingente labor artística engullimos como curas: aún nos queda labor que hacer por la tarde, triscamos y triscamos y finalmente nos vimos recompensados.
Después, claro está, otra suculenta cena en el bar de Nodar.
lunes, septiembre 18, 2006
triscando
hablando de nodar, pushing the medium#2 @ 1:52 a. m.
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