en Nazaré no sólo fueron reuniones con las fuerzas vivas de la autarquía
y decidimos que además del cuerpo, necesitábamos alimentar el alma. así que, sin esperar al de la sudadera amarilla, nos fuimos a Fátima.
no tuvimos problema ninguno para integrarnos
nos sorprendió la buena disposición del minicuerpo, vibrante con tanta monja alrededor, muchas de ellas felizmente emparejadas
que quiso dejar constancia de su paso por allí
aunque no se libró fiebre consumista
por nuestra parte, tras tanto arrebato religioso, no pudimos menos que ir en busca del japimil
miércoles, julio 14, 2010
estuvimos en fátima
hablando de minicuerpo, triscamos @ 9:18 a. m.
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