domingo, septiembre 24, 2006

el gran día


Hoy sí que hay nervios. La residencia es un hervidero de actividad. Algunos están tan concentrados que ni tan siquiera contestan a los buenos días. El arte es así. Sigue lloviendo, y los gallegos están ya ultimando los detalles de sus respectivos proyectos. Tanto la noria del Proyecto Hierro, como la fuente de los alg-a, están funcionando. Silvia tiene todos sus flotadores en el agua, ya ha colocado los mandos a distancia al lado de las zanahorias, y por supuesto no se desprende de sus katiuskas. La labor de Ingrid Quiroga y de Cristina Tascón, que hemos bautizado como Proyecto Mujer es impactante: finalmente han decidido utilizar el propio espacio de trabajo, la cueva, como sala de exposición, y ahí están los árboles genealógicos y las fotos de los habitantes de Nodar, transmitiendo un montón de vida. Nosotros tres, después del desayuno, claro está, nos ponemos en marcha, en busca de árboles en los que colgar nuestros reproductores de mp3. No nos cuesta mucho encontrarlos, y además las piernas ya están demasiado castigadas como para alejarnos demasiado de la aldea. Sacamos las fotos con las que elaboraremos los cartelitos, y nos despedimos de ellos. Han sido casi ocho días en los que han sido parte de nuestro cuerpo.

Aún nos queda imprimir y cortar, labor que acabamos justo a tiempo para comer. La gente está convocada a las 16:30.
Para variar es Silvia la que comienza con su performance, y logra que todo el pueblo siga su peregrinar con ilusión y cercanía. Muy lindo. Acabamos plantando semillas de pino en el N O D A R que tanto esfuerzo le costó cavar. Después John Grzinich ofrece un concierto en el Alto da Volta, pero como muy bien indica un habitante de Nodar, eso ya no es el pueblo, lo que, junto a nuestro cansancio, hace que renunciemos a la caminata. Preferimos disfrutar del regocijo de la gente al verse retratada en el magnífico proyecto de Ingrid y Cristina. En el mismo lugar asistimos a la presentación de Klaus Filip, una generación de sonidos que utilizaba el mapa de Nodar como partitura. Poco después Maksim Shentelev les descubre a los habitantes de Nodar las figuras geométricas que se esconden en su aldea. Y para terminar las actividades en la cueva, La Liga de los Hombres Extraordinarios les ponen una grabación de uno de sus conciertos, no sabríamos decir de cual porque nos fuimos.
Aún quedaban actividades, además de nuestros reproductores de mp3 abandonados, de una instalación sonora a cargo de Paulo Raposo y otra a cargo de André Gonçalves, la gente de alg-a ya tenía preparada su conexión entre fuentes: los asistentes, sorprendidos, estaban encantados moviendo el agua para mandar las señales correspondientes a los asistentes en Vigo. Funcionó pese a lo precario de la conexión.
Ya sólo quedaba el Proyecto Hierro. Su gestación habia estado repleta de contratiempos hasta última hora, y Pablo se desilusionó un poco cuando comprobó que el nivel del Pavia había bajado y no funcionaba del todo como quería, aún con los retoques de última hora.
El Proyecto Hombre no tuvo inconveniente en meterse otra vez en el río, a pesar de lo avanzada de la hora y de la baja temperatura, para que tanto trabajo luciese como debía.
Tras tantas emociones, tanto arte, ya sólo quedaba la fiesta, convenientemente organizada en el bar de Nodar. Allí nos obsequiaron con una buena parrillada, buen vino, e inclusó una quiché vegetal para los más naturales. Después de los preceptivos licores de sobremesa, se retiraron las mesas y todos, artistas y lugareños, nos echamos unos bailes y combatimos el calor con los licores que iban apareciendo detrás de la barra. Pero aún quedaba la guinda: volvió a llover, el rio volvió a crecer, y la noria del Proyecto Hierro funcionó a todo trapo, y era un gusto verla y oirla. Y con esa satisfacción es con la que nos vamos a la cama, no sin antes haber puesto un poco de heavy metal en el campus party, que ya era hora.

No hay comentarios: